Nutrido del cante familiar, comienza a ser artista en su juventud a finales de los 60, trabajando en el tablao de Cuatro Muleros, con la bendición del padre de Niño Jero. Magnético, rompedor y propio, gana en 1972 el premio a mejor cantaor de soleá, en el Festival de Mairena de Alcor, triunfa fugazmente como cabeza de cartel de Los Canasteros y hasta es escuchado por Camarón a escondidas.
Artista libre, de fiestas, jaranas y peñas, al margen de discográficas y normas (sólo tiene tres discos editados), un torrente de apoteósis y bohemia al que el éxito le ha sido ajeno; su humildad, las drogas y las malas compañías le privaron de la gloria. Tras años metido en la heroína, resucitó de sus cenizas y grabó Momentos (2007), un disco maestro de principio a fin.
Algunos comentan que es el mejor de los presentes, mientras el Torta sólo se considera flamenco y dice: "La experiencia hizo que yo cantara como realmente cantan los hombres. Hoy hay poco cante. El flamenco que hay hoy en día es "flamenquito", y ese es un pájaro de laguna".
Aquí les dejó una bulería en directo, acompañado al toque por El Niño Jero.
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